El hechizo del 3-27




Al final del año, de este año, no brincaré de emoción. No me queda energía.
Este año, dos mil doce, ha sido el parteaguas de mi vida adulta.
Mi arribo a los treinta años con una vida nueva. Aún sin retiro nietzscheano.

Viajé a ocho países:
Estuve tres veces en Europa
Una en Asia
Una en Arabia
Dos en Norteamérica
Dos más en Centroamérica

Visité más de veinte ciudades:
Palo Alto, Salt Lake City, París, NYC, Valle de Bravo, Tepoztlán, París otra vez, Tabacón, Fortuna, Antigua, Estambul (europeo y asiático), Göreme, Ürgüp, Petra, Amman, Valle de Jordania, Fira (Santorini), Atenas, Chicago, Denver, Albuquerque (bis), Madrid, Ávila, Nápoles y Roma

Lloré siete veces:
En la Place Dauphine (cuando le dije adiós para siempre a LMA)
En Capadoccia (después de visitar una ciudad subterránea donde cabían cinco mil cristianos escondidos)
En el Mar Muerto (después de caer en cuenta que la Historia había comenzado justo del otro lado, junto al río Jordán)
En Santorini (en una motoneta abrazando a un loco, con el sol encima y el azul egeo que no me cabía en los ojos)
En Costa Rica (mientras mi cuerpo estaba cubierto del agua caliente del volcán, y la lluvia fría caía en mi cabeza)
En Atenas (mientras bebía una copa de tinto en una terraza frente al Partenón)
En casa (después de Roma-atómica)

Lo demás:
Renuncié a mi trabajo
Cree mi propia compañía
Contraté una asistente texana de 23 años
Publiqué mi primer libro
Le dije a mi mamá que tenía una novia
Cerré el ciclo de Asdrúbal
Tuve un romance en la oficina
Inventé a Fíngaro, un poeta mudo (que tiene de piernas mi dedo índice y mi dedo anular)
Escribí Asuntos Pendientes
Perdí un vuelo a Estambul (¡mierda!)
Me convertí en la musa de un poeta
Vi tres películas, una detrás de otra, adentro de un jacuzzi
Publiqué el texto curatorial de la obra de Xico en el MACAY
Me convertí en documentalista de Ulises I
Me operaron por primera vez (adiós vesícula)
Celebré mi cumpleaños en NYC con dos conciertos de jazz (Frank Wess y Herlin Riley)
Bebí tantos litros de champaña como una alberca olímpica
Tuve un blackout, con daño cerebral irreparable, en Antigua, Guatemala
Vi Einstein en la Playa en Bellas Artes
Y el lunes a Victor Wooten en el Lunario

Los medios de transporte:
Viajé en una camioneta diplomática por Chicago
Entré a un submarino (el mismísimo U-505)
Viajé en scooter en Santorini
Me subí a un camello en Petra (también a una carreta)
Hice un road trip por el Valle de Jordania
Floté en el Mar Muerto
Navegué en un barquito por el Bósforo
Volé en un globo aerostático por el Valle de Göreme
Me enamoré en una nave alienígena (aunque lo sigo negando).
Y la lista de vuelos es incontable...

Ya sé que no es creíble. No pretendo que nadie lo crea.
Sólo lo escribo porque sigo esperando que alguien me lo explique.

Lo único que me queda claro es que tengo una deuda infinita de flores en La Villa y un viaje pendiente a Chalma.
A bailar, claro.

Happy Thanksgiving.
Adiós.










Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Qué es lo que no es creíble? Porque quien de veras te conozca sabrá que puedes hacer eso y más en un año. No por nada le nace a uno hablarte de usted, y es la segunda vez que se lo digo.

Un abrazo

H

Entradas populares