El equilibrio


I
De pronto A se da cuenta que para sobrevivir a la-vida-sin-los-padres es necesario reunir una serie de herramientas azules.
B por su parte, advierte que para sobrevivir esa misma situación es necesario reunir una serie de herramientas de color rojo.

II
Conforme pasan los años, A ratifica constantemente que la vida se vive con herramientas azules: cada vez que tiene un problema lo pinta de azul, cuando se comunica con los demás el azul es el color que le ha funcionado, cuando camina, cuando viaja, cuando respira, todo parece ser azul. Y A piensa que la vida azul es linda. Y A es feliz.

III
B, llega a convencerse, por su parte, de que el color de la vida es el rojo porque cuando resuelve problemas el rojo es la mejor opción, cuando se comunica con los demás el rojo es el color que le ha funcionado, cuando camina, cuando viaja, cuando respira, todo parece ser rojo. Y B piensa que la vida roja es linda. Y B es feliz.

IV
A y B se conocen, se gustan, se besan y deciden mudarse a un mismo departamento (en ese orden y así de rápido).
A le dice a B, "la vida es azul" y B piensa que A está mal porque la vida no es azul, es roja, pero B está tan enamorado que en ese momento el azul le parece un color hermoso.
Entonces B le dice a A "la vida es roja" y A piensa que B está mal porque la vida no es roja sino azul, pero está enamorada y bla, bla, bla... A y B hacen el amor.

V
A y B tienen una situación que deben resolver juntos. A propone pintarla de azul, como regularmente lo ha hecho, y B propone pintarla de rojo como normalmente le ha funcionado.
A y B intentan convencer al otro de que su color es más efectivo en el tratamiento de ese problema en específico.
B no quiere discutir, B cede. A pinta de azul la situación.
Pronto sucede a la inversa: A no quiere discutir y A cede dejando que B pinte la situación de rojo. A y B no están satisfechos con las decisiones tomadas.


VI
A y B constantemente se enfrentan a situaciones variadas que deben resolver juntos. El procedimiento es el mismo, a veces cede B, a veces cede A, pero no terminan satisfechos. Un día B dice "ya basta, A tiene que saber que la vida no puede ser azul" y decide, a como dé lugar, hablar con A y convencerla de que la vida roja es el camino único y verdadero. A insiste que la vida es azul y sólo azul. Luchan, se hieren, se desgarran.
A y B duermen en las orillas de la cama.


VII
A y B se extrañan y sufren, están apaleados y tristes. A y B deciden hablar: ambos entienden que no se trata de azul o rojo, sino de crear un color nuevo, un morado tal vez, un morado con diferentes tonalidades según la situación. A y B se reconcilian.


VIII
A y B se dan cuenta de que lograr el morado es una labor compleja, que está más cercana al arte, que es como afinar un instrumento. A veces lo logran, a veces no, más veces no. Pero se esfuerzan y, entretanto sufren un poco, a veces un poco más. A desconoce el morado como parte de sí misma, y B desconoce el morado como parte de sí mismo. A y B advierten que viven una transformación profunda, como Gregorio Samsa. Entonces A recuerda una lección de su clase favorita de la universidad, Teoría de los Hábitos, en la que el mestro Federico Colin le decía que las verdaderas revoluciones se dan en el terreno de los hábitos: "cuando una persona logra modificar sus hábitos con un propósito entonces estamos hablando de una revolución real; hacer un manifiesto o firmar un acuerdo no significa cambiar las cosas. Se cambian cuando tu día a día se transforma".


IX
A le cuenta a B lo anterior. B agrega, optimista, que para formar un hábito debe repetirse la actividad al menos durante 21 días. A y B entienden que lograr el morado llevará tiempo...
A y B se miran.
A y B suspiran y se toman de la mano.



Imagen: manos

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
.. A fin de cuentas ... se hace la voluntad de A ...

... A es una egoísta ...
... B es un pendejo ....

Pero cúanto tiempo?
Érika B Carrillo ha dicho que…
Hola anónimo,
Creo que en este caso -mi caso- A y B son un par de bienintencionados que están tratando de construir una pareja sin manual (sin abuelas sabias ni padres unidos toda la vida, ni ejemplos cercanos de parejas exitosas).

Creo que la percepción que tenemos de las cosas -y los textos- es una construcción personal a partir de nuestra propia experiencia.
Memorias Educadas ha dicho que…
Me gustó mucho... hace algunos meses me hubiera funcionado. Espero que el morado no se les suba a los ojos, por lo menos.

Es curioso, ¿sabes? Que la vida te dé conocimiento cuando ya no te sirve, aparentemente, para nada. O eso es lo que uno siente a veces. Ya veremos lo que nos dice el futuro.


Aizury (es que estoy en proceso de cerrar el otro blog en una especie de exorcismo.)

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