Instrucciones: El año comodín
Para los que no saben del año comodín...
Del "Corazón de melón", hace muchos, muchos años
Del "Corazón de melón", hace muchos, muchos años
Todas las personas, en cualquier momento de su vida, pueden adquirir un año comodín.
El proceso es sencillo; cuando la persona se decida a hacerlo valer sólo tiene que:
1. Convencerse decididamente de que tiene un año menos.
2. Entrenar a su familia y amigos cercanos para que digan que usted tiene un año menos.
3. Practicar a menudo para interiorizar el año comodín. Por ejemplo: Cuando alguien pregunte ¿qué edad tienes? siempre se dirá un año menos. Si alguien cuestiona, “¿pero no éramos de la misma edad?” diga sólo “sí” y cambie el tema: “Y hablando de años, por cierto, ¿te enteraste que la Sonatina de Ravel en 2005 cumplió 100 años de haberse publicado?”
Si el procedimiento se logra exitosamente, usted será poseedor de un año comodín.
¿Qué se puede hacer con un año comodín? Por principio debe tener claro que es un año que ya se vivió así que puede usarlo para lo que le venga en gana. Para orientar mejor al lector se sugiere que imagine un juego de video, uno en el que se es un personaje y se deben librar “mundos” secuenciales (como esos antiguos Mario Bros., Mega Man, Donkey Kong o Zelda). Cada "mundo" es para nosotros un año de vida. En cada mundo-año, como sucede en los juegos, se habrán de vivir aventuras con obstáculos (trampas, enemigos, caminos difíciles) y también beneficios (como monedas, puntos, honguitos de vida, etcétera). El año comodín, sin embargo, es igual a un “mundo bonus” que no entra en la secuencia establecida por el juego de video, sino que se presenta como un mundo paralelo e inofensivo. ¿Qué sucede? Si se libra exitosamente el “mundo bonus” habremos de pasar al siguiente “mundo” llenos de monedas, armas, vidas extra y demás regalos. Pero si nos “matan” en el camino (porque en los “mundos bonus” siempre hay pruebas que se deben vencer) no pasa nada. Se “muere” únicamente la posibilidad de incrementar nuestras provisiones para seguir jugando.
El año comodín, por lo tanto, es un período donde es posible cometer errores y no pasa nada. Ese año ya se vivió. Entonces se puede perder el tiempo, viajar, visitar a los amigos, emborracharse más seguido, ser más irresponsable, etcétera. Recuerde, ese año ya se vivió. Si se opta por un camino más productivo, las actividades realizadas adquirirán un carácter duplicativo, pues además de todo lo que se produjo en ese año vivido, se tiene un año más para seguir produciendo. Puede comenzar una maestría y terminarla el mismo año, por ejemplo.
Lo más atractivo del año comodín es que puede adquirirse en cualquier momento y durante varios períodos de la vida, tal como en los juegos de video cada determinado número de “mundos” hay un “mundo bonus”. La única recomendación es evitar identificarse con documentos oficiales; las instituciones son tan poco literarias que nunca entenderían esto. Con que lo sepa usted es suficiente.
Que lo disfrute.
Imagen: Joker
El proceso es sencillo; cuando la persona se decida a hacerlo valer sólo tiene que:
1. Convencerse decididamente de que tiene un año menos.
2. Entrenar a su familia y amigos cercanos para que digan que usted tiene un año menos.
3. Practicar a menudo para interiorizar el año comodín. Por ejemplo: Cuando alguien pregunte ¿qué edad tienes? siempre se dirá un año menos. Si alguien cuestiona, “¿pero no éramos de la misma edad?” diga sólo “sí” y cambie el tema: “Y hablando de años, por cierto, ¿te enteraste que la Sonatina de Ravel en 2005 cumplió 100 años de haberse publicado?”
Si el procedimiento se logra exitosamente, usted será poseedor de un año comodín.
¿Qué se puede hacer con un año comodín? Por principio debe tener claro que es un año que ya se vivió así que puede usarlo para lo que le venga en gana. Para orientar mejor al lector se sugiere que imagine un juego de video, uno en el que se es un personaje y se deben librar “mundos” secuenciales (como esos antiguos Mario Bros., Mega Man, Donkey Kong o Zelda). Cada "mundo" es para nosotros un año de vida. En cada mundo-año, como sucede en los juegos, se habrán de vivir aventuras con obstáculos (trampas, enemigos, caminos difíciles) y también beneficios (como monedas, puntos, honguitos de vida, etcétera). El año comodín, sin embargo, es igual a un “mundo bonus” que no entra en la secuencia establecida por el juego de video, sino que se presenta como un mundo paralelo e inofensivo. ¿Qué sucede? Si se libra exitosamente el “mundo bonus” habremos de pasar al siguiente “mundo” llenos de monedas, armas, vidas extra y demás regalos. Pero si nos “matan” en el camino (porque en los “mundos bonus” siempre hay pruebas que se deben vencer) no pasa nada. Se “muere” únicamente la posibilidad de incrementar nuestras provisiones para seguir jugando.
El año comodín, por lo tanto, es un período donde es posible cometer errores y no pasa nada. Ese año ya se vivió. Entonces se puede perder el tiempo, viajar, visitar a los amigos, emborracharse más seguido, ser más irresponsable, etcétera. Recuerde, ese año ya se vivió. Si se opta por un camino más productivo, las actividades realizadas adquirirán un carácter duplicativo, pues además de todo lo que se produjo en ese año vivido, se tiene un año más para seguir produciendo. Puede comenzar una maestría y terminarla el mismo año, por ejemplo.
Lo más atractivo del año comodín es que puede adquirirse en cualquier momento y durante varios períodos de la vida, tal como en los juegos de video cada determinado número de “mundos” hay un “mundo bonus”. La única recomendación es evitar identificarse con documentos oficiales; las instituciones son tan poco literarias que nunca entenderían esto. Con que lo sepa usted es suficiente.
Que lo disfrute.
Imagen: Joker
Comentarios
Un gustazo leerte de nuevo.