Bye, bye, Pes

Una buena amiga me ofreció ayudarme con un trámite importante y todo salió mal.
El trámite se retrasó, el trato que hicimos no se cumplió y al final nuestra amistad salió raspada.
Durante dos semanas no hablamos, pero ayer la persona que llevaba el trámite, me informó que para concluirlo tenía que hacer un último pago.
Mi amiga me dijo por sms que podía pasar por el dinero a mi casa, y también por sms le respondí que me parecía una buena idea. Un café, hablar un poco, aliviar los raspones y despedirnos con un abrazo.
Pero ella no quiso entrar a casa. Me esperó en la puerta, yo entré por el dinero y se lo entregué.
No nos despedimos con un abrazo, no hubo un "gracias" siquiera. Sin palabras levantó la mano y me hizo una seña de "peace".

Siempre me ha costado trabajo pensar cómo pueden romperse las relaciones entre amigos. Qué situaciones tienen que suceder para que dos personas decidan romper entre sí.
Hoy, con ella, lo entiendo.

Creo firmemente que debe existir cierta reciprocidad en las relaciones. Con diferentes monedas de cambio (un abrazo, un te extraño, un chocolate, un favor), pero siempre debe haber reciprocidad.

Tenía pensado regalarle una mermelada de Mango, después del café, pero ya no sucedió. Cuando cerré la puerta, por mensajes de texto le pedí que me entregara el lunes algunas cosas mías que estaban en su casa. Mi iPod, mis audífonos, unos lentes oscuros, mi chamarra favorita...

Poner la otra mejilla, my ass.

También para hacer peladeces, hay reciprocidad.








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