Mariposas dice...

En nuestras oficinas adoptamos a otras organizaciones sociales, más pequeñas, y compartimos con ellas el espacio. Es un modelo interesante para compartir gastos y sumar recursos y un montón de cosas más (prestigio, credibilidad, programas, fortaleza institucional, etc.) Lo que más me gusta de ese modelo, sin embargo, es que se ha convertido en un invernadero de profesionales con ideas para salvar al mundo y, entre tanto, para salvarnos a nosotros mismos.

En el mismo espacio convivimos cinco organizaciones. Cada una con su objeto social bien definido y bien distinto al de todas las demás. Se puede comparar la oficina con un hospital de especialidades, en el cual cada organización aporta una receta específica para cada uno de nuestros males. Cuento todo esto, porque hay una organización que se ha convertido en la consejera sentimental de la oficina. Y todo problema amoroso es consultado con ellas.

La organización es Mariposas María Wolcott y tiene programas de autoestima y superación personal con mujeres violentadas. Me gusta cómo trabajan, su metodología es simpe y directa. Son tres mujeres cincuentonas, abogadas temerarias, que además son unas princesas: siempre arregladísimas, maquilladas, hermosas.

En una ocasión, hablando de la situación de A y B, me dijeron:

Mira hijita, un matrimonio es como cursar una carrera universitaria; hay materias que te gustan mucho y otras que no te gustan tanto. Hay algunas que quisieras llevar siempre, pero otras son difíciles y, si no te esfuerzas, las puedes reprobar y tendrás que repetirlas el año siguiente.

Pero reprobar una materia no significa que debes abandonar la carrera. Se puede pedir asesoría, puedes esforzarte más y hacerlo mejor. Nada está perdido. Lo importante es escuchar adentro de ti, porque a veces, también pasa, nos equivocamos de carrera.

Así de simple y así de cierto.

Imagen: Armisen